Jornada de encuentro de las Delegaciones de Misiones de la Región del Duero


Como todos los años, hace ya una semana, nos reunimos las Delegaciones de Misiones de la Región del Duero, siempre hacemos coincidir el lugar con la sede de las Edades del Hombre que visitamos con mucho interés y que siempre suponen un enriquecimiento en nuestra vivencia de fe. La jornada transcurrió en un clima fraterno, la Delegación de Burgos actuó de estupenda anfitriona y nos tenía preparada una dinámica para conocernos mejor y para compartir por grupos. La Eucaristía, como no podía ser de otra manera fue el centro de nuestro encuentro, la comenzamos centrándonos en el relato de los Discípulos de Emaús, compartimos en grupo nuestros miedos, desafíos y también los deseos, nos hicimos conscientes de que la Palabra de Dios y la Eucaristía son el fundamento de la Misión y lo que nos va a ayudar a ser misioneros en el lugar que Dios nos pone. La comida fue un momento fraterno de compartir ricas viandas, hubo para todos y sobró como en la multiplicación de los panes y los peces. Por la tarde nos dirigimos a visitar la exposición, ya íbamos preparados, la Eucaristía había sido nuestro hilo conductor.
eucharistia_cartel_bajaPor la tarde nos dirigimos a visitar la exposición, ya íbamos preparados, la Eucaristía había sido nuestro hilo conductor desde que saliendo de Salamanca rezamos laudes, después la habíamos preparado y celebrado en comunidad y ahora la íbamos a contemplar en la riqueza del arte. Todo dio como resultado el fruto que la propia eucaristía pretende:"el compromiso", el compromiso de querer continuar con mas ardor nuestro dinamismo misionero. La vuelta fue descansada y profunda, junto a nuestra madre María oramos compartiendo en cada misterio del rosario una de las obras de arte que habíamos visto y que mas nos habían tocado y fue así como destacamos una Escultura de María llevando en su seno a Jesús, siendo el primer sagrario de la historia, y un cuadro de un autor contemporáneo que entiende las Bodas de Cana como multitud de burbujas de vino que inundan la iglesia y la llenan de la alegría de la eucaristía, también alguno se había fijado en un cuadro que mostraba la incredulidad de algún personaje frente a la presencia real de Jesús en la Eucaristía y como Jesús no se queda indiferente y busca como mostrarse, así fuimos desgranando los misterios. Por supuesto durante todo el día fueron muchos los momentos en el que recordamos y pedimos por nuestros misioneros. Un día completo que agradecemos a todas las personas que lo hicieron posible. Ya quedamos emplazados para el próximo año: ¿Será en Ávila o en Alba de Tormes?, sea donde sea será de nuevo un día misionero.
Pilar Alonso Vazo
Misionera del Verbum Dei