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Los jóvenes de África tienen una historia que vivir… ¡y que contar!

 «Cada uno de nuestros jóvenes tiene una historia que vivir, que contar. Nos gustaría compartir algunas de sus reflexiones sobre la misión, las alegrías, las dificultades, los desafíos». Así lo expresan a la Agenzia Fides el padre Walter Woamede y el padre Silvano Galli, de la Sociedad para las Misiones Africanas (SMA).

Han sido muchos y muy diversos los testimonios recogidos entre los alumnos de la escuela de Propedéutica que la SMA lleva a cabo en Lomé, Togo. En todos ellos hay un hilo conductor común que remite siempre al sentido de la vocación misionera de cada uno. «Un misionero es una persona llamada por Cristo a seguirle, debe dejar su cultura, su entorno y entrar en la cultura de los demás. Está llamado a dejar atrás, a olvidar el lugar del que procede. Debe aprender otras lenguas, otras tradiciones. Por mi vocación doy gracias al Señor». Y continúa: «En la vida del misionero hay alegrías y dificultades. La alegría se encuentra en primer lugar en quien lo ha enviado, Cristo. El Papa Francisco ha dicho: “la belleza de la consagración es la alegría. Y no hay santidad en la tristeza”».

Uno de los estudiantes ha añadido: «El misionero es aquel que ha recibido una llamada y quiere seguirla para recibir una misión y cumplirla». Y otro de los alumnos ha afirmado: «El misionero no debe tener miedo ni desanimarse, debe ser fuerte y confiar en Dios. No hay que olvidar que hay muchos que pierden la vida en la misión, como le ocurrió a nuestro cohermano el padre Adrien Jeanne, asesinado en Costa de Marfil».

Enfermedades, epidemias, como la fiebre amarilla que mató a los primeros misioneros que llegaron a Sierra Leona, guerras…, son “obstáculos” que forman parte del día a día de quienes dedican su vida a la misión. «Pero las dificultades hacen crecer la fe», han dicho al unísono los chicos de la Propedéutica de Lomé, que han invitado a todos a acompañarles con la oración, el apoyo y la amistad.

Fuente: Supergesto

La historia de la misión y las huellas de sus protagonistas

 El pasado miércoles tenía lugar en la Universidad Eclesiástica San Dámaso la jornada “Tras las huellas de la primera globalización”, en la que Mons. Luis Manuel Cuña, ex bibliotecario del Archivo Histórico de Propaganda Fide, desvelaba aspectos desconocidos de la historia misionera de la Iglesia.

Una jornada que se encuadra en la línea de reflexión planteada en las últimas citas de la Cátedra de Misionología de la Universidad Eclesiástica San Dámaso. Así el pasado 8 de febrero tenía lugar el seminario “Participación de los laicos -españoles e indígenas- en la evangelización de América” y, anteriormente, el 14 de diciembre, la mesa redonda “La primera globalización a partir del Evangelio”.

Tras la presentación de la jornada por los profesores de la universidad Eduardo Toraño López, y Juan Carlos Carvajal Blanco, Mons. Cuña comenzaba su intervención con una mención a la Instrucción de Propaganda Fide a los Vicariatos Apostólicos de Cochinchina, Tonkín y China, de 1670. En aquel documento se hablaba de la delicadeza con que se debía llevar a cabo la labor misionera, sin trasplantar costumbres europeas: “no es esto lo que debéis introducir, sino la fe, que no rechaza ni daña los ritos y las costumbres de ningún pueblo”. Mons. Acuña desveló la realmente increíble historia de Propaganda Fide, el actual Dicasterio para la Evangelización. Una historia de apoyo a la misión en muchos casos absolutamente desconocida, incluso en cursos de historia de la Iglesia.

La exposición del ex bibliotecario de Propaganda Fide recorrió los antecedentes de la institución, su creación y el impulso que dio a la evangelización. Su interesante ponencia tocó nombres como el beato Ramon Llull, el primero que pensó en un centro que coordinase la labor misionera. Recordó a Vives, el monseñor valenciano que donó sus bienes para que pudiera crearse el colegio de Propaganda, la actual sede del dicasterio. De este colegio, antecedente de la actual Universidad Urbaniana, salieron innumerables misioneros y decenas de mártires que dieron su vida por la fe. Entre los estudiantes más conocidos hay que recordar a San John Henry Newman (1801-1890), el gran impulsor del catolicismo inglés. Tocó también el robo de los archivos de la Santa Sede por parte de Napoleón, que intentó sacar provecho de la organización, que admiraba, y de las relaciones internacionales de la congregación. De hecho, aunque se suprimieron muchas otras instituciones de la Santa Sede durante la ocupación francesa de Roma (1808-1814), a Propaganda Fide se le permitió continuar con su labor.

Además de los hechos, fechas y personajes, Mons. Acuña presentó verdaderas joyas y documentos históricos, desde una tabla de 1648 con los 21 alfabetos con los que podía imprimir libros la tipografía de Propaganda Fide, a una vida de San Francisco Javier escrita en tamil, en el siglo XVII, en largas tablillas de hojas de palma. Una carta al Papa con el sello del emperador chino K’ang Hsi, de 1716, un relato en chino de las persecuciones contra los cristianos en Corea, en el que se piden sacerdotes, de 1811, una historia de las guerras civiles en el reino del Congo, escrita por el misionero capuchino Bernardo Da Gallo, en 1710…

Concluía con una mención a la fundación de la Agencia Fides en 1927 y el verdaderamente impresionante fondo documental, fotográfico e histórico que durante estos años se ha ido atesorando y que se ha sumado a lo anteriormente reseñado.

Fuente: OMPEspaña

El obispo auxiliar de Santiago de Chile que inició su vocación en Santa Marta de Tormes

Mons. Álvaro Chordi tiene un vínculo muy especial con la parroquia de este municipio del alfoz, donde viven sus padres y donde se inició en las comunidades cristianas Adsis


El obispo auxiliar de Santiago de Chile, el español, Álvaro Chordi, tiene raíces salmantinas. Aunque nacido en Pamplona, sus padres son de Salamanca y conoció a las comunidades cristianas Adsis, en Santa Marta de Tormes, en el año 1984, de las que es miembro. Junto a ellos inició su proceso vocacional, como relata durante una visita a Salamanca.

“También participé en la parroquia como catequista, y representé a la zona del trastormes en el Sínodo diocesano del 89, con el obispo don Mauro Rubio”, recuerda. Y en la Universidad de Salamanca estudió Derecho, y Teología en la Universidad Pontificia, que terminó en la Universidad de Deusto de Bilbao, “donde Adsis abrió una casa formativa y me trasladé”.

Una vez finalizados sus estudios teológicos, Álvaro Chordi fue destinado por su comunidad a Vitoria, “donde fui ordenado en el año 1999, y allí permanecí hasta 2015”. Entre  sus cargos pastorales, fue vicario parroquial y estuvo al frente de la Pastoral Juvenil, además de dirigir escuelas diocesanas de Formación Profesional.

En la Pastoral Universitaria

Su siguiente destino fue América Latina, “había necesidades de presbíteros y me ofrecí”. Y así llegó a su ciudad actual, Chile, donde ahora es obispo auxiliar. “Inicialmente fui a la ciudad de Valdivia, y después, a Santiago, y llevo allí desde entonces”, relata el prelado. Una de sus tareas ha sido como asesor de la Pastoral Universitaria en Santiago de Chile durante tres años.

Ordenación episcopal de Álvaro Chordi como auxiliar de Santiago de Chile, celebrada el pasado 10 de octubre en la catedral metropolitana.

Después, su comunidad Adsis le pidió el servicio de consejero de las comunidades del Cono Sur, “sirviendo durante dos años y medio, y viajando mucho por América Latina”. Al terminar ese servicio, se ofreció para servir en una parroquia, y su destino fue la de San Saturnino, “de administrador parroquial inicialmente, y luego ya de párroco, en la cual he estado más de tres años”.

Después, le llegó el nombramiento del papa Francisco como obispo auxiliar de Santiago, “el cual acepté tras un discernimiento oportuno”, y desde julio, que fue nombrado, y en octubre, ordenado, “el arzobispo me ha pedido que sea vicario de la zona centro de la capital”. Asimismo, también es el responsable de la casa del clero, “y seguiré en la parroquia de San Saturnino y la de San Pablo junto a otro sacerdote, en el barrio de Yungay”.

Un aprendizaje

Acompañado de sus feligreses, Álvaro Chordi acudió a la ceremonia de su consagración episcopal en la catedral metropolitana de Santiago de Chile, caminando desde su barrio de Yungay.

En relación a la vida en Santiago de Chile reconoce que, “es bien distinta a Europa, y en la Iglesia, la fe se vive de otra manera”. Para Álvaro Chordi, en cada lugar uno realiza muchos aprendizajes, “que todos sirven”. En Santiago de Chile está muy contento, “para mí es un don, un regalo, vivir allí la fe con la comunidad en la que estoy, y ahora, se amplía esa comunidad a la Arquidiócesis, y también a la Iglesia de Chile”. Pero también tiene claro que hay que tener en cuenta las raíces, “uno necesita saber de dónde viene para saber a dónde va”.

En relación a la Fase Continental del Sínodo, este obispo auxiliar considera que nos ha introducido “en este camino sinodal, que realmente proyecta la Iglesia hace una Iglesia más de bautizados, una Iglesia más sinodal, más esperanzadora, más profética y también más fraterna”.


Fuente: Servicio Diocesano de Comunicación Salamanca