Jornada de Hispanoamérica en Salamanca

Reseña del 4 de marzo de 2012

 

   El día 4 de marzo celebrábamos en Salamanca la Jornada o Día de Hispanoamérica, como cada primer domingo de marzo. La Delegación Diocesana de Misiones había enviado con tiempo los materiales de difusión y propaganda a las parroquias y congregaciones religiosas.

    De Salamanca tenemos trabajando en el exterior en torno a los 350 misioneros, de los cuales cerca de las tres cuartas partes, más de 250 están en Hispanoamérica, siguiendo la tradición de tantos misioneros a partir de la primera evangelización e incluso después de la independencia. La mayoría de ellos son religiosas y religiosos. Pero hay también algunos seglares y hasta seis sacerdotes diocesanos.

      Merecía la pena tener en cuenta a toda esta gente y solidarizarnos con ellos en la Jornada de Hispanoamérica. Oración, apoyo económico, conocimiento de sus obras, cercanía de comunicación con visitas, correo tradicional y correo electrónico, o incluso el teléfono, sobre todo en la campaña telefónica de la Navidad.

        Habíamos convocado una jornada de convivencia preparatoria en la Casa de Espiritual San José, de las Hijas de María Madre de la Iglesia, para el sábado 25 de febrero. Estaban convocados sacerdotes y seglares que trabajaron en Hispanoamérica y hoy lo hacen aquí o gozan de un merecido descanso. También se convocó a los colaboradores más cercanos de la Delegación Diocesana de Misiones. Estuvimos cerca de treinta personas. Tuvimos una ronda de presentación diciendo dónde y cómo había trabajado cada uno. Después celebramos una misa devota y compartida y pasamos a la mesa común, donde seguimos intercambiando. Por fin, con una fiesta familiar y espontánea: historias, chistes, cantos, poesías… dábamos por terminada la convivencia y quedábamos citados para la misa del día 4 en la parroquia de Nuestra Sra. De la Asunción, de Puente de Ladrillo.

      Asistimos a dicha eucaristía más colaboradores que nunca. Es típica la concurrencia de abundantes hispanoamericanos inmigrantes que están relacionados con dicha parroquia. El canto, la comunicación y las ofrendas de las banderas de los países latinoamericanos contribuyeron a dar realce y colorido a la celebración. Finalmente, concluimos con un convite con aportaciones de los asistentes, y con otra fiesta de cantos, poesías y saludos cordiales, que nos dejaban en marcha para seguir nuestro trabajo de solidaridad con las iglesias de Hispanoamérica a lo largo de todo el año.


Juan Robles Diosdado
Delegado Diocesano de Misiones y de la OCSHA